¿Qué es el Camino de Vida?
El Camino de Vida es el camino o trayecto que seguimos todos los seres humanos a lo largo de nuestra existencia y nuestro cuerpo físico es el vehículo que usamos para recorrerlo.
A través de la siguiente metáfora, extraída del libro de Michel Odoul “Dime donde te duele y te diré porque“, intentaremos explicar de manera sencilla qué es el Camino de Vida, y compartir algunos consejos para encontrarlo.
Para la medicina oriental, el Camino de Vida se asemeja a un camino de tierra, donde encontramos lo siguiente:
- Como en todo camino, encontraremos baches, topes, piedras, zanjas, hoyos, limitaciones, entre otros
Estos obstáculos representan las dificultades y situaciones que encontramos a lo largo de la vida, así como las reglas que hay que seguir para no accidentarse - Así mismo, durante el camino encontraremos curvas, pendientes cuesta arriba y cuesta bajo, zonas de poca visibilidad o de penumbra, y más
Estas zonas y partes del trayecto representan los momentos en la vida en los cuales no encontramos la claridad necesaria para poder ver hacia donde vamos
Por otra parte, nuestro cuerpo se asemeja a una carroza con las siguientes características:
- Nuestra carroza es tirada por dos caballos, uno negro (Yin), que está a la izquierda, y uno blanco (Yang) a la derecha
Estos dos simbolizan nuestras emociones, y el grado en el cual tienen control sobre nosotros y nuestras decisiones - También encontramos en la carroza un conductor
Se trata de la representación de nuestra mente, nuestra razón o consciente - Así mismo, al interior encontramos un pasajero que en ocasiones no vemos ni escuchamos
Este pasajero representa nuestro Guía o Maestro Interior, o la parte No Consciente de cada uno de nosotros
Es así como nuestra Carroza (Cuerpo) avanza a lo largo de la vida, conducida en parte por nuestra mente y en parte por nuestro Guía Interior hasta llegar a la destinación final, esto es, hasta cumplir nuestro propósito de vida.
La mente es quien conduce nuestro cuerpo, pero es nuestro Guía Interior quien conoce y ha elegido la destinación.
5 consejos para seguir tu Camino de Vida
Ahora que conocemos un poco más la visión acerca del Camino de Vida y de nuestra Carroza, podemos profundizar sobre algunos aspectos que harán que encontremos nuestro Camino de vida y que nuestro viaje sea más confortable.
Vigila tu mente

Nuestra mente es el conductor de nuestra carroza, por lo que, para tener un viaje placentero, seguro y cómodo, es mejor conducir firme pero tranquilamente al mismo tiempo.
Es importante mantener nuestra mente en vigilancia y renovación constante para poder identificar los patrones dañinos que afectan nuestra vida o que afectaron a nuestros antepasados, con el objetivo de no caer en dichas situaciones.
Escucha y comprende tus emociones

Para que el trayecto de la vida sea fácil, sencillo y sin complicaciones, es necesario detenerse en ocasiones a escuchar y comprender aquello que nuestras emociones nos quieren expresar. En ocasiones hay que seguirlas y en ocasiones hay que tranquilizarlas, pero siempre hay que escucharlas e intentar comprender.
Si nuestras emociones son maltratadas, ignoradas o reprimidas, corremos el riesgo de que en alguno momento la situación sea insoportable y las emociones busquen maneras irrazonables de expresarse, lo que puede hacer que tengamos un accidente o cometamos actos peligrosos.
Por otra parte, si dejamos que nuestras emociones sean quienes guíen completamente nuestra carroza (cuerpo y vida), podemos llegar a caer en la repetición de conductas nocivas guiadas por la influencia emocional materna (Yin) o paterna (Yang).
Observa tu cuerpo

Es importante observar con detenimiento nuestro cuerpo para poder identificar las conductas con las que le hacemos daño, de este modo podremos cambiar dichas acciones antes de que sea demasiado tarde. ¿Hay partes de tu cuerpo que se sienten mal? ¿Hay partes que te duelen o comienzan a doler? ¿Te has fracturado o sufrido algún accidente? Todo esto es importante observarlo, ya que las enfermedades tienen un significado.
Cuando conducimos nuestra vida a una velocidad excesiva, nuestro cuerpo sufre los daños del camino, justo como lo haría la carroza de la metáfora.
Al comienzo los daños parecen no ser evidentes, pero, si se continua con un ritmo acelerado y sin detenerse, las llamadas de atención se vuelven cada vez más fuertes y frecuentes (enfermedades y accidentes).
En el peor de los casos tenemos que perder alguna parte de nuestra carroza (cuerpo) por causa de conductas que decidimos no cambiar a tiempo.
Reduce la velocidad
El intelecto es rápido y lógico, pero nuestro Guía Interior o intuición ya conoce el camino y la respuesta adecuada.
Cuando nos encontramos en una situación en la que no hay claridad o no sabemos que dirección o decisión tomar, lo mejor que podemos hacer es ralentizar nuestra toma de decisiones, con el objetivo de poder entender bien lo que sucede a nuestro alrededor y como es que esto esta conectado a nuestro camino de vida.
En ocasiones nuestra razón nos dice que ella misma es suficiente para poder resolver todos los problemas, pero es en ocasiones a nuestro Guía Interior a quien debemos escuchar, debido a que él si conoce la destinación final.
Detente

Cuando desacelerar no funciona, otra alternativa es detenerse por completo y cambiar de dirección.
Los retiros son una gran alternativa cuando no podemos escuchar con claridad aquello que nuestro Guía Interior intenta decirnos, sea por demasiado ruido en nuestro ambiente o porque nos sentimos abrumados con los estímulos internos y externos.
Estas son algunas acciones que podemos tomar para poder clarificar nuestra visión y descubrir nuestro propósito en la vida, y saber en qué parte del camino nos encontramos.
No es una coincidencia el hecho de que la medicina china otorgue mucha importancia a la salud en los aspectos emocional, psicológico y físico… Somo más que solamente un cuerpo.
Referencias
Odoul, M. (2000b). Dime qué te duele y te diré por qué. Robinbook, Ediciones S.L.