Desde el momento del nacimiento, todas las personas saben, en lo más profundo de su ser, la razón por la cual han decidido encarnar o adoptar un cuerpo físico, a esto le llamamos “Camino de vida“.
Absolutamente todos tenemos la misma misión al venir a este mundo: Vivir todas las experiencias necesarias con el objetivo de aceptarlas y amarnos a nosotros mismos a través de ellas (a través de las experiencias).
La no-aceptación

Cuando vivimos bajo una actitud de No-Aceptación, lo que sucede es que atraemos las circunstancias y personas que nos harán vivir o enfrentar la misma experiencia una y otra vez hasta que podamos llegar a una actitud de Aceptación.
Estas experiencias pueden tomar la forma de enfermedades, personas, malestares, situaciones, sueños, señales, entre otros.
Algunas actitudes que reflejan la No-Aceptación son las siguientes:
- Juicio: juzgar siempre a las personas, acciones, situaciones, etc
- Culpa: culpar a los demás, a las circunstancias o a uno mismo
- Miedo: no sentirse capaz de enfrentar las situaciones o la vida misma
Cuando se vive en una actitud de no-aceptación, las experiencias y sentimientos se acumulan en el alma, por lo que podemos desarrollar una carga energética o emocional muy fuerte que formará parte de nuestra memoria inconsciente o memoria del alma.
La vida nos presentará constantemente las personas y situaciones necesarias para que podamos liberarnos de esta carga o memoria inconsciente del alma. Todas esas cargas o experiencias que debemos aceptar son determinadas antes de nuestro nacimiento.
La aceptación de las experiencias

Aceptar una experiencia no significa que estamos de acuerdo con ella. Aceptar significa darnos la oportunidad de experimentar y aprender a través de dichas experiencias.
A partir de la aceptación podremos reconocer las cosas o experiencias benéficas y las que no lo son, y a partir de ello crecer en los distintos aspectos de nuestra vida. Puede ser en el plano de las relaciones, en la salud, en el trabajo, etc.
Al vivir en una actitud de aceptación podemos tener cada vez menos experiencias o situaciones que producen sufrimiento.
Algunas de las consecuencias de la aceptación pueden no parecer positivas, pero son necesarias para nuestro desarrollo.
Por ejemplo, a causa de la aceptación es posible que algunas personas se alejen de nuestra vida, sin embargo, esto es necesario para poder continuar con nuestro crecimiento. Esto puede generar emociones difíciles a manejar, pero una vez aceptado, el ciclo no se volverá a repetir y nuestra alma se sentirá más ligera, contenta, libre y liberada de una carga.
Dejar ir las situaciones y personas es algo normal en el proceso de vida de todos nosotros, en eso consiste la aceptación.
Referencias
Bourbeau, L. (2012). Les 5 blessures qui empêchent d’être soi -même (French Edition) (1.a ed.). Les Éditions E.T.C.